Mientras La Organización Mundial de la Salud se muestra cautelosa con relación a la aprobación del uso de plasma de pacientes recuperados de COVID-19 para tratar a personas enfermas.
El presidente Trump y funcionarios de la Salud de los Estados Unidos, mostraron el muchas esperanzas en el uso de este método.
“Llevo tiempo queriendo hacer esto”, dijo Trump durante conferencia en la Casa Blanca el pasado domingo. “Hoy tengo el placer de hacer un anuncio realmente histórico en la batalla contra el virus de China que salvará incontables vidas”.
Explicó además que los estudios en Estados Unidos han conseguido “increíble éxito”, y afirmó que el tratamiento en cuestión “es seguro y muy efectivo», refiriéndose al “plasma convaleciente”, que se ha utilizado durante mucho tiempo para tratar enfermedades, y que se ha convertido en el centro de atención médico y político, en la lucha por gansr la carrera por encontrar algo para contrarrestar el COVID-19.
Este procedimiento del plasma sanguíneo, es rico en anticuerpos- y puede brindar beneficios a quienes luchan ccontrael COVID-19, lo que se cuestiona es la transferencia.
Según estudios realizados muestran evidencias contradictorias respecto a esta terapia. Un estudio en China mostró que el plasma de personas que se recuperaron del coronavirus no logró marcar una diferencia en los pacientes hospitalizados, mientras que otro análisis conjunto mostró que puede reducir el riesgo de muerte.
Bruce Aylward, asesor de alto rango en la Organización Mundial de la Salud, agregó que más allá de la eficacia del plasma, también existen riesgos.“Hay una serie de efectos secundarios que van desde fiebre leve hasta lesiones pulmonares graves o sobrecarga circulatoria» dijo Ayward.